Luís Martínez
Quiero que me IluminesEspíritu Santo, eres el alma de mi alma. Te adoro humildemente. Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame.
(Hacia el Padre, 639)
(Hacia el Padre, 639)
A primera vista, esta estrofa de la Oracion al Espiritu Santo puede parecer un desvalido pedido de socorro. Mas, cuando nos detenemos a pensarlo, percibimos que nos imprime un hondo y fuerte sentido de compromiso para con sus consecuencias.
En efecto, no pedimos que se nos de algo concreto, sino iluminacion, fuerza y guia para conseguirlo y aceptacion cuando no lo logramos.
Es como cuando el estudiante reza por un examen: dificilmente Dios le regalara un Aprobado, pero con total certeza hara que el Espiritu Santo le de la paz y entendimiento necesarios para estudiar y entereza si el resultado es adverso.
Mientras la cultura en la que nos toca vivir nos impele a la obtencion del éxito a toda costa y nos inculca la autosuficiencia, preguntemonos:
Establezco contacto con el Espiritu Santo, ante cada emprendimiento de mi dia a dia?
Cuando lo hago, pido concesiones o ayuda divina?