8 DE DICIEMBRE EN EL TERRUÑO

Luís Martínez

Una de las frases más utilizadas cuando manifestamos que si las cosas no vienen a nuestro encuentro, debemos salir a buscarlas, la heredamos de Mahoma quien, según la tradición, habría ordenado a una montaña que viniera a él, como enseñara Jesús, y al no tener éxito (falta de fe?) se encaminó a ella exclamando: Si la montaña no viene a Mahoma; Mahoma va a la montaña.

Por nuestras bandas tenemos un monte de montañas que se niegan a acercársenos; una de ellas, por ejemplo y literalmente hablando, es la de Caacupé, ya que para un siempre creciente número de nosotros no sólo no se mueve, sino que se aleja más y más en tanto la posibilidad física y económica de llegar hasta ella.

Por eso es una alegría constatar que año tras año, la Inmaculada Montaña de Amor con la que estamos aliados se va aproximando un poco más al este para celebrar su gran fiesta nacional.

En este décimo 8 de diciembre que pasaremos en el Santuario del Terruño y por vez primera, la celebración central allí se realizará.

Muchos anhelamos y oramos para que nuestro Santuario se convierta en un vital centro de peregrinación. Estamos moviendo cordilleras.

Un abrazo en María.

EN TORNO AL EJE

Luis Martínez

Faltan 1.432 días para el Centenario de la Alianza de Amor


y hoy 16 de noviembre es el cumpleaños 125º del Fundador !!


Hola hermanitos:

Esta mañana, mi amada Magdalena y yo, vimos amanecer este aniversario en la docta Villarrica del Espíritu Santo, donde desde hace varios años la Mater nos lleva con frecuencia a ensanchar la senda que abrieron Marta, Adelia, Papi y Rubén.

Anoche realizamos una jornada con el Consejo Diocesano para auscultar los anhelos de la Familia guaireña para el bienio 2011-2012.

Quienes la representen en la Jornada de Planeamiento en Tuparendá, este fin de mes, portarán las voces de sus almas y su tiempo, de manera que esa ya significativa porción de hijos escogidos de la Mater también deje su impronta en las decisiones vitales del Schoenstatt paraguayo.

Son momentos de mucha gracia que se nos regalan.

Mi queridísimo Antonio Peralta me recordó hace algún tiempo atrás una pequeña e improvisada exposición que hube de hacer en una de las Jornadas en Tuparendá, hace como mil años, en la que – como miembro del puñadito de schoenstattianos esteños que éramos entonces – exhorté a generar un “eje geopolítico Asunción-Ciudad del Este” a partir del cual llevaríamos Schoenstatt a todo el país.

Algunos años más tarde la Mater se construyó el bastión Joven en la Ciudad y el Terruño en el Jardín del Padre y desde sus tres fortalezas como cabeceras del eje nos envió a Luque, San Lorenzo, Caacupé, Villarrica, Caaguazú, Encarnación, Concepción.

Y así, no sólo expandió su Reino sino que nos convirtió en un ejercito unido a pesar de la distancia y las diferentes realidades de vida.

Nos ayudamos mutuamente a ser un poco más Nación de Dios.

Considero que el mejor regalo para alguien que, como el Padre Kentenich, dedicó su vida a Schoenstatt, es más Schoenstatt.

Y como aún nos quedan muchos valles que conquistar, les pregunto:

No les gustaría regalarle al Fundador más Schoenstatt, siendo ustedes mismos fundadores?

El país los espera.

Un abrazo en María,

Luis

Talleres para la Mesa de Luz Nro 1

Luís Martínez
Quiero ser niño y confiar

Quien por su fe ve a Dios tras todas las cosas, con su oído percibe claramente la voz del Padre; siempre su corazón de niño está pronto a entregarse a El, lleno de felicidad. Aun cuando el Padre permite sufrimientos, el hijo los sabe asumir dentro del amor, besa la mano que sostiene su destino y en oración permanece vuelto hacia El.
(Hacia el Padre, 421-2)



Si el Padre Fundador supo ser padre – aún a través del tiempo - para nosotros, lo fue porque experimentó profundamente la experiencia de hijo y tenía noción clara, por sí mismo, de nuestras necesidades.
De sus propios infortunios extrajo la fuerza para soportarlos y la sabiduría para reconocerlos como caricias formativas de Dios.

Repasemos durante unos momentos nuestra historia de vida muy cercana; apenas lo que hemos vivido en estos últimos días y contestémonos:

Qué alegrías y que pesares he sentido?

Los he visto en su momento o los puedo ver ahora como lecciones amorosas de Dios?

Talleres para la Mesa de Luz Nro 2

Luís Martínez
Quiero ser Tu Mensajero


A nosotros, que celebramos el sacrificio, danos revelar día a día, a un mundo lleno de miserias, las grandezas de Cristo. Sólo entonces nada podrá turbarnos; estamos como en una fortaleza, como una avecilla en su nido, seguros aún en las tormentas.
(Hacia el Padre,87-8)


Durante su estancia en el campo de concentración los sacerdotes que allí estaban no sólo sufrieron en la carne las privaciones más pavorosas. Su espíritu también se resintió con la ausencia de la Buena Palabra de la que eran mensajeros.

Ante ello, el Padre Kentenich, valiéndose de lo poco que disponía – papeles de envolver, trozos de cartón - pero, principalmente de lo mucho que en su interior contenía, compone la riquísima liturgia que se nos obsequia en el Hacia el Padre.

Leyendo el trecho del Ofertorio de la Misa del Instrumento pensemos que aquellos sacerdotes no sólo podrían haber rezado “celebramos el sacrifico” sino con toda justicia decir “celebramos y vivimos el sacrificio”. Ellos, en verdad, cargaban la cruz junto a Cristo y en la alabanza y revelación de Sus grandezas encontraban cobijamiento y seguridad.

Analicemos nuestra realidad de vida en comparación con la de ellos y respondámonos:


Cuál y de qué dimensión es mi cruz?

Cómo puedo – a imitación del Padre Fundador, con hechos – convertirme en Mensajero de Cristo y así conquistar la fortaleza que se nos ofrece?

Talleres para la Mesa de Luz Nro 3

Luís Martínez
Quiero pasar el día con Ella


Te alabamos, porque la vida de María fue norma para nuestro trabajo cotidiano; porque en su vida el esplendor solar de Cristo nos lo hiciste llegar con cercanía tan humana.
(Hacia el Padre, 222)

En la fiesta de la Asunción de 1944, el Padre Kentenich regaló a los sacerdotes que lo acompañaban en el campo de concentración, las oraciones para el Oficio de las Horas que compuso a solicitud de éstos.
La estrofa 222 que se inserta arriba pertenece a la Oración Final del día, que se reza tras las Completas, al anochecer.
Sería muy aventurado decir que, como ninguna otra, resume con total concreción el espíritu de Schoenstatt?
María, humana como nosotros nos muestra con su propia vida quién y cómo es su Hijo y su comportamiento es molde para nuestra cotidianeidad; para la santificación de nuestra vida diaria.
Releyendo la estrofa contestémonos:

Ante las situaciones – tanto favorables como adversas - que se me presentaron hoy; traje a María a mi mente y me pregunté cómo habría actuado Ella?

Talleres para la Mesa de Luz Nro 4

Luís Martínez
Quiero ser Tu Instrumento


Toma el corazón y la voluntad; Te pertenecen por completo; Ciegamente quieren doblegarse A tus indicaciones y a tu palabra. Ser total posesión tuya
Es, para el instrumento, su gloria y su honra.
(Hacia el Padre, 607)


La idea de instrumentalidad es uno de los conceptos centrales del pensamiento kentenijiano.
La pedagogía del Fundador nos llama a autoformarnos como personas aptas para la entrega al servicio a Cristo, vivo en cada prójimo.
La Piedad Instrumental – magníficamente mostrada en la estrofa del Cántico del Instrumento que antecede – nos convierte en brazo ejecutor de la voluntad de Dios y en permanentes receptores de las voces conque a cada instante y en cada situación El nos indica sus deseos.

Repasando los sucesos de nuestro día, preguntémonos:

Me he preguntado si Dios me hablaba a través de ellos?

Si me percaté de que venían de parte Suya; me dejé usar como instrumento?

Talleres para la Mesa de Luz Nro 5

Luís Martínez
Quiero perdonar

Borra todas nuestras culpas, así como soportamos y perdonamos siempre, con paciencia y bondad, cuando nos profanan los hombres.
(Hacia el Padre, 123)


En esta estrofa del Padrenuestro, el Padre Kentenich agrega a la enseñanza de Jesús, una acción y dos actitudes que nos comprometen. Al perdón le suma el “soportar…con paciencia y bondad”.
Nos invita no sólo a la clemencia posterior sino a adelantar la indulgencia tolerando la ofensa (el Fundador la llama profanación, recordándonos que somos Templo del Espíritu Santo) mientras ésta se realiza, controlando nuestra reacción a ella, con paciencia, es decir aunque sea repetitiva, y con bondad, manteniendo - a pesar de los pesares - el amor hacia el ofensor.
Nos parecerá difícil tarea si consideramos que desde nuestro sistema cultural hasta nuestras leyes nos educan en la obtención de resarcimiento.

Teniendo esto en cuenta y repasando nuestra reacción ante los momentos de conflicto con otras personas – independientemente de su gravedad – respondámonos:

Cómo calificamos nuestra capacidad de soporte ante el agravio?

Qué podemos proponernos para conquistar ese nivel de generosidad?