Talleres para la Mesa de Luz Nro 24

Luís Martínez
Quiero elevarme

Aquél es comparable a un monte elevado, al pie del cual soplan vientos borrascosos, pero cuya cumbre brilla en medio de una eterna calma, de la que brota siempre una dichosa paz.
(Hacia el Padre, 420)


Quien se sostiene de la mano de Dios se mantiene siempre por encima de sus circunstancias, nos indica el Padre Kentenich en esta estrofa.
Con demasiada frecuencia aquellas provienen principalmente de nuestra propia historia de vida más que del ahora en que vivimos.
Son las rémoras del pasado – dolores pequeños y grandes - que nos mantienen sujetos a niveles inferiores de existencia mental, emocional y espiritual.
Nuestra lozanía es inversamente proporcional al apego al ayer y éste debe contar apenas como manual auxiliar de vida; siempre a disposición para ser leído, pero bien guardado en un estante mientras no sea necesario.

Abramos por un momento nuestro manual auxiliar y preguntémonos:

Qué resquemores traigo del pasado?
Cómo le pido a Dios que me ayude a archivarlos?