Luís Martínez
Quiero ir en pos de mi IdealEl futuro será distinto: dejaremos de lado las apariencias; sólo iremos en pos del ideal, que por todas partes nos alumbra.
( Hacia el Padre, 380)
( Hacia el Padre, 380)
Cuando hablamos de apariencia, como el Padre Kentenich lo hace en la estrofa, deberíamos enfocarnos en los dos aspectos a los que el término alude.
Por un lado, el que se centra y emana de nuestra propia personalidad imperfecta cuando simulamos condiciones y características que no poseemos, o imitamos aquellas que de otras personas o grupos nos parecen envidiables.
Este primer aspecto, inherente a nuestra manifestación externa, sufre en la actualidad el poderoso asedio de la propuesta mediática, básicamente exitista y hedonista.
En segundo lugar - y generalmente encubierto por las mejores intenciones - debemos considerar el aspecto distractor de esfuerzos que significa la persecución de metas que tienen apariencia de posibles, pero cuya consecución no está en nuestras manos.
El Padre Kentenich, en relación a esto, nos enseña a mantener una actitud de estoic desapego hacia aquello que no nos es posible remediar o atender, simplemente porque no está en nuestras manos.
El desprendimiento emotivo y activo de estas preocupaciones y ocupaciones nos liberará para trabajar con dedicación plena en aquello para lo cual Dios nos destinó y que, como nos indica la estrofa: nos alumbrará en pos del Ideal, construyendo un futuro mejor.
Analicémonos bajo estos dos aspectos:
Tiendo a adoptar apariencias físicas, intelectuales o comportamentales, que no son realmente mías?
Soy capaz de definir con la mayor exactitud aquello que no está en mi poder solucionar o emprender, dejándolo de lado para concentrarme en lo que de mi depende?