Talleres para la Mesa de Luz Nro 36

Luís Martínez
Quiero subir más alto

Se trata de ganar ese tesoro enterrado en el campo: el Dios del amor, que se descubre tomando altura en nuestras vidas. Lo que somos y tenemos, a cambio de El, es polvo, que pronto se desvanece entre las manos.
(Hacia el Padre, 413)


La alusión evangélica que hace el Padre Kentenich en esta estrofa es una invitación a seguir firmemente ascendiendo la senda de nuestro Ideal, sin quedarnos satisfechos a disfrutar de los plácidos recodos que encontremos en nuestro andar.
Ciertamente y por mucho que hayamos avanzado, siempre veremos más allá un campo mas elevado y valioso, por el que debemos cambiar todo lo que ya tenemos.
Todo esto presupone, entonces, la paulatina y progresiva conquista de actitudes y comportamientos que, por muy honestos que seamos en nuestra vida, siempre permanecen perfectibles.
Obligada comparación nos surge aquí con el otro pasaje evangélico en el que Jesús indica al buen y honesto joven, dejar todo lo que es y tiene para alcanzar la perfección.
Cualquiera sea, pues, el valor moral y espiritual que hoy ostentemos; debemos siempre - como reza el Padre Fundador - seguir tomando altura en nuestras vidas.

Es bueno reflexionar:

En qué grado me considero bueno y honesto?

Que, concretamente, puedo hacer hoy para ascender un peldaño hacia la perfección que Dios quiere de mi?