Luís Martínez
Quiero subir más altoSe trata de ganar ese tesoro enterrado en el campo: el Dios del amor, que se descubre tomando altura en nuestras vidas. Lo que somos y tenemos, a cambio de El, es polvo, que pronto se desvanece entre las manos.
(Hacia el Padre, 413)
(Hacia el Padre, 413)
La alusión evangélica que hace el Padre Kentenich en esta estrofa es una invitación a seguir firmemente ascendiendo la senda de nuestro Ideal, sin quedarnos satisfechos a disfrutar de los plácidos recodos que encontremos en nuestro andar.
Ciertamente y por mucho que hayamos avanzado, siempre veremos más allá un campo mas elevado y valioso, por el que debemos cambiar todo lo que ya tenemos.
Todo esto presupone, entonces, la paulatina y progresiva conquista de actitudes y comportamientos que, por muy honestos que seamos en nuestra vida, siempre permanecen perfectibles.
Obligada comparación nos surge aquí con el otro pasaje evangélico en el que Jesús indica al buen y honesto joven, dejar todo lo que es y tiene para alcanzar la perfección.
Cualquiera sea, pues, el valor moral y espiritual que hoy ostentemos; debemos siempre - como reza el Padre Fundador - seguir tomando altura en nuestras vidas.
Es bueno reflexionar:
En qué grado me considero bueno y honesto?
Que, concretamente, puedo hacer hoy para ascender un peldaño hacia la perfección que Dios quiere de mi?