Talleres para la Mesa de Luz Nro 37

Luís Martínez
Quiero Seguir la Eterna Verdad

Creemos con certeza lo que nos dice la eterna Verdad; inclinamos, dóciles, el entendimiento y la seguimos con amor y obras.
(Hacia el Padre, 60)


El Padre Kentenich inicia con esta estrofa el Credo de su Misa del Instrumento.
Quien conozca un mínimo de la espiritualidad que nos legara, percibirá en estas cuatro lineas, magníficamente resumido, todo el concepto de Fe Práctica en la Divina Providencia.
La lectura confiada de las indicaciones divinas a través de nuestros propios ser, sentir y vivir; la entrega plena a nuestro Ideal regalado por Dios y la fiel puesta en marcha por el camino de acción que éste nos indique.
No nos gustaría que se nos aplique la ruda advertencia del apóstol Santiago: Hombre tonto!; Quieres convencerte de que la fe que no actúa no sirve?! (Stgo. 2,20)
Es que la condición para que todo Ideal se complete, es que sea puesto en obras; la emoción sentida no basta si al mismo tiempo que acelera el corazón no mueve el brazo; la doctrina enunciada poco motiva si no se la acompaña con el ejemplo.
Cada quien tiene grabado a fuego el Ideal para el que Dios lo puso en este mundo, aunque no haya tomado aun conciencia de él: lo cantan sus sentimientos; lo gritan los acontecimientos de su historia de vida.
El punto que hoy deberíamos analizar es hasta dónde hemos actuado en consecuencia.

Preguntémonos:

Soy ese hombre a quien escribe Santiago o, como a él y al Padre Kentenich puedo llamarme Apóstol?